Alrededor de 200 grupos de Pueblos Indígenas viven actualmente en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI).
Residen en bosques remotos ricos en recursos naturales en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, India, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Perú y Venezuela. Eligen vivir separados del resto del mundo y su modelos de movilidad les permite dedicarse a la caza y la recolección, preservando así sus culturas y lenguas.
Estos pueblos tienen una estricta dependencia con su entorno ecológico. Cualquier cambio en su hábitat natural puede perjudicar tanto la supervivencia individual como la supervivencia de todo su grupo.
A pesar de su derecho a la autonomía, los PIACI se enfrentan a desafíos únicos que el mundo circundante a menudo pasa por alto.
Por ejemplo, el desarrollo de la agricultura, la minería, el turismo y los recursos naturales en sus territorios está dando como resultado la deforestación de franjas de bosques de los Pueblos Indígenas, alterando su forma de vida y destruyendo el entorno natural que han protegido durante generaciones.
A todo ello se une la posible exposición a enfermedades derivadas del contacto externo, una de las amenazas más graves para su supervivencia. Debido a su aislamiento de las sociedades no Indígenas, no tienen defensas inmunológicas contra enfermedades relativamente comunes. Como tal, el contacto forzado con el mundo exterior puede tener consecuencias devastadoras y destruir sociedades enteras.
Este Día Internacional de los Pueblos Indígenas 2024 se centra en “Proteger los derechos de los Pueblos Indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial”.
Los Pueblos Indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial son los mejores protectores del bosque. Donde se protegen sus derechos colectivos a las tierras y territorios, los bosques prosperan, junto con sus sociedades. Y su supervivencia no sólo es crucial para la protección de nuestro planeta, sino que también es crucial para la protección de la diversidad cultural y lingüística.
En un mundo tan hiperconectado a día de hoy, la existencia de pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial es un testimonio del rico y complejo tejido de la humanidad, y sería una enorme pérdida para nuestro mundo si dejan de existir.