Por La Redacción. La alarmante noticia de que diversos sectores de ultraderecha y del narcotráfico se asociaron para asesinar al presidente Gustavo Petro apenas sí mereció una nota a pie de página en los principales medios de comunicación del país, tanto impresos como televisivos o en redes.
Lo que pone de presente el comportamiento poco menos que cómplice de los medios aludidos es que son absolutamente ciertas las alertas enviadas por el mismo presidente Petro que contra él y el gobierno del cambio se ha gestado un plan para derrocarlo, bien por la vía del golpe blando o por cualquier otro mecanismo, incluido el sicariato. El complot para asesinarlo se enmarca en el ambiente antigobiernista desatado por la ultraderecha.
La razón del profundo odio contra Petro por las élites legales e ilegales que manejan los hilos del poder económico y político en Colombia es evidente, pues desde el comienzo de su mandato empezó a atacar las fuentes de enriquecimiento de los poderosos en el país: la apropiación de rentas públicas a través de negocios montados para manejar los recursos de la salud, las pensiones, la alimentación de los escolares, las ganancias de las empresas del Estado como Ecopetrol y, por supuesto, las derivadas del narcotráfico con las gigantescas incautaciones de cocaína. Por eso el silencio de los dueños de los medios de comunicación ante el entramado que hasta el momento se ha logrado descifrar entre narcos, exmilitares y bandas armadas.
La reacción de los medios de comunicación que hacen de altavoces de esos intereses fue restarle gravedad al asunto cuando lo dio a conocer el ministro de defensa Velázquez, y sostener en cambio que se trató de propaganda desplegada por el gobierno para mostrar un autoatentado, como solía ocurrir en el gobierno pasado. Los irrespetuosos comentarios hechos por la ultraderecha contra el Presidente por haber llegado con retraso a las celebraciones del 20 de Julio no fueron rectificados luego de que se supo su causa.
Las menciones a un autoatentado apenas se silenciaron cuando la Embajada de Estados Unidos en Colombia corroboró la información, agregando que la noticia se conoció en ese país por un abogado de la mafia que alertó a ambos gobiernos, que en el plan está comprometido un exgeneral de Colombia y que el punto de encuentro de los complotados es el emirato de Dubái.
Ante la gravedad del hecho y el silencio de los grandes medios de comunicación, corresponde al pueblo colombiano salir en defensa cerrada del gobierno del cambio pues queda claro que los complotados seguirán en su intento a menos que perciban que detrás del gobierno está la nación entera para defenderlo.
leido en LA HOJA # 40/LA BAGATELA