“O hay que divorciarse del plástico u olvidarse del planeta”. Este era el mensaje que hace unos años le estaba enviando la ONU al mundo entero, y que Colombia escuchó con juicio, pues desde el próximo 7 de julio quedará prohibida, en todo el territorio nacional, la producción y el uso de plásticos de un solo uso en virtud de la Ley 2232 del 2022.
Dicha norma, según explica Isabel Correa, líder jurídica ambiental de la consultora Fractal, representa una oportunidad única para impulsar hábitos racionales de uso y consumo de los plásticos de un solo uso, por lo que articula la disminución gradual con estrategias de reconversión productiva que faciliten el aprovechamiento de los residuos plásticos en nuevas cadenas productivas, es decir, con ella se va a eliminar el concepto de “residuos plásticos” y a implementar el de “recursos circulares”.
No obstante, “esta regulación no se centra exclusivamente en la prohibición de comercializar en el mercado un listado de productos plásticos, sino que también introduce el Plan Nacional para la Gestión Sostenible de los Plásticos de un Solo Uso”, explica Correa. Un plan que contiene “una serie de elementos que harán posible el uso sostenible de los plásticos, la transformación de la industria del plástico y el fortalecimiento de las cadenas de recolección de residuos”.
¿Y cómo? A través de la reconversión productiva y de la adaptación laboral; de una serie de incentivos económicos que impulsen la materialización de productos alternativos más sostenibles; de una regulación relativa al etiquetado de productos; la prohibición del ingreso de este tipo de materiales a áreas protegidas y ecosistemas sensibles, así como de su uso y compra por parte de instituciones del sector público; de la formalización de los actores de la cadena de valor del plástico (recicladores de oficio y sus asociaciones); y de un modelo de responsabilidad extendida que conecte a los fabricantes de envases, productores, y consumidores con la gestión de los plásticos de un solo uso.
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Todo esto porque la apuesta de Colombia, desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, es lograr en el año 2030 que el 100 % de los plásticos de un solo uso puestos en el mercado sean reutilizables, reciclables o compostables (degradados por organismos, biológicamente), así que sus metas se cumplirán en tres fases: 2024, 2025 y 2030, mientras reconoce que distintos sectores e instituciones del país han ido avanzando en un proceso de economía circular para la sustitución de estos elementos.
Es decir, si bien es cierto que la Ley 2232 de 2022 establece la eliminación de 21 productos plásticos de un solo uso, este próximo 7 de julio de 2024 solo van a dejar de circular seis específicos, pues se espera que apenas para 2030 se eliminen totalmente los 21.
Estos son los 6 productos:
1. Bolsas plásticas de punto de pago, excepto reutilizables o de uso industrial
2. Bolsas para embalar periódicos, revistas, publicidad y facturas, así como las de lavandería
3. Soportes plásticos para copitos de algodón
4. Rollos de bolsas vacías dispuestas en comercio para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías, o llevar alimentos a granel, excepto para los productos crudos de origen animal
5. Mezcladores y pitillos
6. Soportes plásticos para bombas de inflar
Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los plásticos de un solo uso serán eliminados, pues la ley prevé excepciones para ciertos productos, incluidos aquellos utilizados en contextos médicos, para la conservación de alimentos, y otros que presentan riesgos específicos para la salud humana o el medio ambiente. Ellos, son:
1. Artículos utilizados en entornos médicos para mantener la asepsia y la higiene, así como para la conservación de productos médicos, farmacéuticos o de nutrición clínica cuando no existen alternativas disponibles.
2. Productos plásticos que ayudan a contener productos químicos peligrosos para la salud humana o el medio ambiente y requieren de plástico de un solo uso para su manipulación segura.
3. Envases utilizados para almacenar alimentos líquidos, bebidas de origen animal y productos alimenticios húmedos que necesitan plásticos desechables por razones de seguridad alimentaria.
4. Productos plásticos utilizados en establecimientos de atención médica y por personas con discapacidad.
5. Envases y embalajes designados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) para calcular el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
6. Plásticos utilizados para contener o embalar residuos peligrosos, según la normativa vigente.
7. Productos fabricados con plástico reciclado al 100% proveniente de material posconsumo nacional, certificados por organismos acreditados por el Gobierno.
8. Pajillas adheridas a envases de hasta 3.000 mililitros (ml), con un sistema de retención para garantizar su recolección y reciclaje, pero que contengan productos de la canasta familiar, programas de alimentación escolar o de seguridad alimentaria.
Multas y sanciones
Están contempladas multas, decomisos y clausuras para quienes incumplan la Ley 2232 del 2022. Las sanciones incluyen:
* Multas económicas: desde 100 hasta 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
* Decomiso de productos: cualquier plástico prohibido encontrado en posesión.
* Clausura temporal: hasta un mes para establecimientos que incumplan la normativa.
* Clausura definitiva: para infracciones graves o reiteradas.
Además, los fondos recolectados por estas sanciones se destinarán a programas de limpieza en ecosistemas hídricos y la recuperación de la fauna y flora.
¿Cuánto contaminan?
El problema es tan grave que las Naciones Unidas han identificado a los plásticos de un solo uso como uno de los retos medioambientales más importantes de la era actual, pues según el más reciente informe Plastic Waste Makers Index, compilado por la asociación sin fines de lucro Minderoo Foundation, “el mundo generó 139 millones de toneladas métricas de desechos plásticos de un solo uso en 2021, lo que representa 6 millones de toneladas métricas más que en 2019, cuando se publicó el primer índice”, ocasionando un gran efecto sobre los ecosistemas y una ruptura en el equilibrio natural.