La anfibología, aunque suena como un término complejo y técnico, es un fenómeno lingüístico que encontramos más a menudo de lo que imaginamos. ¿Alguna vez te has encontrado en una conversación donde una frase te dejó con dudas sobre exactamente qué quiso decir esa persona? Es probable que te hayas topado con una anfibología. Este término, según la Real Academia Española (RAE), se refiere a la posibilidad de que una palabra, expresión o frase tenga más de una interpretación debido a su estructura gramatical o la elección de las palabras.
La anfibología se define como la ambigüedad de una expresión que permite más de una interpretación. Este fenómeno puede surgir en cualquier idioma y a menudo es consecuencia de una redacción o pronunciación poco clara. La RAE la describe como una figura retórica caracterizada por el doble sentido o la posibilidad de doble interpretación de una palabra, expresión o frase.
Imagina que alguien dice: «Voy a cenar con mi amigo en su coche.» Esta frase puede interpretarse de dos maneras diferentes: puede significar que vas a cenar con tu amigo y que ambos irán en su coche al restaurante, o que la cena se llevará a cabo dentro del coche de tu amigo. La falta de claridad en la estructura de la frase crea esta ambigüedad.
Otro ejemplo clásico es: «El perro de mi vecino que es muy simpático.» Aquí no queda claro si quien es simpático es el vecino o su perro. La estructura de la frase permite ambas interpretaciones, lo que puede llevar a malentendidos que tú también puedes interpretar.
La anfibología se produce principalmente por la ambigüedad sintáctica, que es cuando la estructura gramatical de una frase puede dar lugar a más de un significado. También puede ser consecuencia de la ambigüedad léxica, que ocurre cuando una palabra tiene múltiples significados. En el ejemplo anterior, la estructura gramatical no aclara quién es simpático, creando así una anfibología.
La anfibología puede ser una herramienta literaria efectiva cuando se usa intencionalmente, como en la poesía o en los juegos de palabras, para añadir profundidad o humor. Sin embargo, en la comunicación cotidiana, especialmente en contextos formales o profesionales, puede causar confusión y malentendidos. Por eso, es fundamental ser consciente de este fenómeno y tratar de evitarlo cuando se busca claridad y precisión.
Para evitar la anfibología, es importante ser claro y específico en la redacción y el habla. Aquí hay algunos consejos prácticos:
Tomado de: https://ensedeciencia.com/2024/07/13/que-es-la-anfibologia-y-por-que-la-rae-esta-advirtiendo-sobre-esta-practica/